Dia 27 de septiembre
Objetivo principal de la jornada: interiorizar la Historia del Universo para mirar bajo su luz los próximos pasos a dar.
Laicos y Sacerdotes se encuentran para compartir la oración de la mañana. Un diaporama sobre la “Nueva Historia de la Creación”, contemplada como don, crea un ambiente de reflexión profunda y orante. Silencios, pausas para interiorizar y compartir, contribuyen a que esta oración sea en Familia.
En la evolución del universo, ha habido momentos de ruptura, para que pudiese surgir una vida nueva. Nuestra Familia, está en proceso de evolución y necesitamos romper, para dar a luz algo nuevo.
Frecuentemente surgen en nosotros interrogantes: ¿Quién soy? ¿De donde vengo? ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Cómo podemos florecer y vivir juntos? Una de las formas de responderlos es hacer nuestra, esta Nueva Historia del Universo.
Terminada la oración cada vocación trabaja separadamente.
En un primer momento, se invita al grupo a reflexionar sobre lo vivido los días anteriores, a la luz de la Nueva Historia del Universo. Después de unos momentos de reflexión y de un compartir , se instaura en la asamblea un intercambio fraterno y espontaneo muy rico, en el que se reflejan sentimientos de admiración, agradecimiento, amor a la vida. Grandes deseos de defenderla allá donde está amenazada.
Después se entrega a los participantes los puntos que retuvieron ayer como importantes, y las llamadas escuchadas en el Congreso. Una vez más detectamos la convergencia que existe entre los contenidos de los dos documentos.
Por la tarde la asamblea toca puntos importantes expresados ayer:
1. La ayuda mutua
2. La comunicación
3. Un principio de organización del grupo.
En clima de diálogo, llegan fácilmente a poner en común medios concretos, para dar una respuesta válida a estos tres aspectos que consideran importantes.
Una carta, documento final de esta Asamblea General, transmitirá la experiencia del Congreso, los aspectos importantes tratados y las decisiones tomadas.
La Eucaristía del día nos ayudó a conectarnos con las realidades del mundo:
– los gritos de los que sufren, los pobres… dónde deseamos ser presencia que consuela y da esperanza;
– los jóvenes para que en medio de los desafíos del mundo actual, ayudados por Jesús, “escojan la vida”;
– los frutos de estas Asambleas para que creciendo como Familia, seamos fieles al Carisma recibido de P.B. Noailles.
Muy unidos¡Qué maravilla de Familia!
Un abrazo muy grande a todos,¡Qué alegría! tener contacto con los sacerdotes. Que sigamos viviendo el don de la Eucaristía, que se refleje en nuestras vidas.Un abrazo grande